—por Lenin Guerrero

Aún no la termino y ya siento que necesito hablarles de Show me a hero, una miniserie del catálogo de HBO Max, basada en hechos ocurridos en los ochenta en la ciudad de Yonkers, Nueva York, y en cuyo planteamiento resalta la necesidad de definir patrones de desarrollo urbano, todos ellos con costos políticos, pero más del tipo social.

La serie viene a cuento con lo acontecido en Hermosillo hace un par de semanas, cuando en la discusión pública aparecieron conceptos como “multifamiliares” seguido de “plusvalía de la vivienda”, amén de una serie de posturas que fueron señaladas de clasistas.

En pantalla se muestra cómo Yonkers fue declarada culpable de concentrar toda su vivienda pública en barrios de bajos recursos, y se le ordenó edificar nuevas unidades en zonas más acomodadas. La resolución del juez Sands provocó la furia de muchos residentes blancos, convirtiendo la discusión sobre la vivienda en un tema clave previo a las elecciones locales.

Lo interesante de este drama gringo, me parece, reside en el entramado de actores políticos, todos con diferente nivel de influencia y poder, algunos jugando el rol de opositores a las resoluciones judiciales y otros se presentan genuinamente preocupados por el éxito de un proyecto urbanístico y arquitectónico.

Entre ingeniosos diálogos, escritos nada más que por algunas plumas que dieron vida a la mítica serie The Wire, se deslizan análisis que rondan los linderos de la sociología urbana, donde el tamaño de los espacios públicos y la cantidad de las viviendas económicas ejercen un peso específico sobre las relaciones entre los nuevos habitantes y los grupos sociales que se dicen afectados. Otra luz que se asoma en la serie son los conflictos entre sectores religiosos y la esperanza de la población negra y latina por hacerse un lugar en una sociedad altamente identificada con la segregación.

Con todo esto uno se pregunta para el caso de Hermosillo, ¿acaso este tipo de valoraciones entraron en juego a la hora de decidir el diseño de las casas del Programa de Vivienda para el Bienestar? ¿Con qué criterios se decidieron los espacios para construir más de 1400 casas? ¿Vale la pena hacerlas todas juntas o es mejor distribuidas por toda la ciudad, posibilitando así alternativas para elegir?

Conviene aquí decir que la producción de HBO (realizada en 2015) mantiene un estilo visual elocuente que obliga a prestar atención a los detalles, algo que vale la pena hacerlo pues, aunque nuestro contexto podría diferir en mucho con lo que viven las sociedades gringas, en esencia nos acerca a la hostilidad con que se maneja el presupuesto público y la forma de ver a quienes menos recursos tienen.

Tal vez, por no tratar un tema ligero o superficial, la serie no generó en su momento la euforia típica de los trending topics. Lo cierto es que las normativas de zonificación, aquellas que restringen la construcción de viviendas accesibles son temas transversales en muchas regiones del mundo, e impactan en familias cuyos ingresos determinan el acceso a comunidades prósperas, o con entornos mejor diseñados.

Con esto sólo planteo que confundir economizar con abaratar puede acarrear más problemas que los que se pretenden resolver. Diseñar casas sin patio tiene unos efectos y sin escaleras tiene otros; del mismo modo, no olvidemos que la atención por parte de los servicios públicos (parques y jardines, recolección de basura, seguridad pública) se establecen con base en un presupuesto anual. Dicho de otro modo, si tu colonia carece de áreas públicas carecerá también de presupuesto.

De algún modo Hermosillo se encuentra estacionado desde los noventa en el paradigma de las cerradas, dispositivos de una percepción de seguridad que depende de la posesión de un vehículo y que en buena medida se han traducido en callejones desolados para los transeúntes. Aunado a esto, el establecimiento de colonias en zonas inundables parece ignorar por completo el Atlas de Riesgos que Protección Civil publicó hace ya algunos ayeres.

Hoy, con la expansión demográfica y su oportunidad para crear viviendas asequibles, el tema del valor catastral diferenciado parece seguir marcando una ruta que no necesariamente se corresponde con la desconfianza a los vecinos, sino con la desconfianza en el mercado inmobiliario.

La historia de Show Me a Hero se cuenta en seis episodios de una hora, y toda ella está basada en el libro de no ficción de Lisa Belkin del mismo nombre. La dirige Paul Haggis, el escritor y director de los dramones Crash y Million Dollar Baby. Por cierto, la frase que da título a la serie y a este artículo es de Scott Fitzgerald. Si vives en Hermosillo, no te la pierdas.

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