por Christian Tamayo

El día de ayer participé en un taller de fotografía impartido por Carlos Sánchez, titulado “Las fotos que soy”, esto en el ya tradicional Martes de fotografía que coordina Instituto Sonorense de Cultura.

En esta sesión que se realizó en la Galería Eusebio Francisco Kino de Casa de la Cultura de Sonora, tuvimos la oportunidad de conocer de primera mano el recorrido que Carlos Sánchez ha realizado desde su primer disparo a la cámara, hasta el día de hoy, y la manera en la que llegó a la fotografía.

De manera amena compartió sus anécdotas, algunas graciosas, muy al estilo de su personalidad, espontánea y relajada que suele mostrar.

En su exposición, acompañado de proyecciones de fotografías de su autoría, el fotógrafo y escritor, nos mostró una parte de sí mismo en cada imagen, nos contó las historias detrás de cada una de las fotografías expuestas de manera efímera.

Más que una sesión teórica en la que se suele explicar conceptos, Sánchez nos ayudó a centrarnos en una visión personal de la fotografía y en su expresión individual, en cómo el artista busca transmitir su percepción del mundo a través de una imagen. Y en ello radica, quizás, la magia.

Además, como era de esperarse, debido a la gran capacidad expresiva del ponente, fue fácil para el espectador dejarse envolver, no solo por una curiosidad fotográfica, sino también por una reflexión vivencial y existencial.

Es natural para un escritor hacer viajar a quienes escuchan cuando éste posee habilidad discursiva, que se combina con experiencias realmente interesantes.

La sesión del Martes de fotografía de ese siete de octubre, fue una vivencia agradable y amena, en la que nos reunimos varias personas para conectar, utilizando el arte de la fotografía como punto de encuentro.

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